Si de algo se caracteriza este lugar, es de la cantidad de elementos "artísticos" que expone. A primera vista, te impacta, te absorbe. Unas horas más tarde, esta obsesión se convierte incluso en algo trastornante... demasiadas cosas, demasiados colores, imágenes, formas. ¿Qué mejor manera de desconectar que dándole un giro a la visita? ¿Por qué no hacer que el espectador se convierta también en artista? Y es que, ¿qué es arte? Arte no es más que aquello que, descontextualizado, pierde el significado que tiene para adquirir uno nuevo. Un artista es aquel que sabe darle otro sentido a la realidad. La pregunta que nos hicimos entonces fue: ¿Y si nosotros podíamos convertirnos de alguna manera también en artistas aquel día?
Algo que nos llamó mucho la atención en la exposición fueron los extintores que había en la sala. Estaban dispuestos de tal manera que podían parecer una obra de arte, así que decidimos jugar un poco con ello. Con un simple cartel blanco situado al lado del extintor, y un título original, contradictorio y curioso escrito sobre él, conseguimos llamar la atención de mucha gente que se paraba a hacer fotos a la "obra" o que, pensativa, se detenía un momento y se quedaba mirando. Fue un experimento bastante interesante, gracioso y divertido. Y lo llamamos: "Mi niña del ojo".
Algo que nos llamó mucho la atención en la exposición fueron los extintores que había en la sala. Estaban dispuestos de tal manera que podían parecer una obra de arte, así que decidimos jugar un poco con ello. Con un simple cartel blanco situado al lado del extintor, y un título original, contradictorio y curioso escrito sobre él, conseguimos llamar la atención de mucha gente que se paraba a hacer fotos a la "obra" o que, pensativa, se detenía un momento y se quedaba mirando. Fue un experimento bastante interesante, gracioso y divertido. Y lo llamamos: "Mi niña del ojo".
